Cuando los hombres cambian cuenta la historia de cuatro hombres que cambiaron su forma de pensar sobre la equidad de género, la salud sexual y reproductiva y la violencia. En los últimos años, ha habido un interés creciente en explorar formas en que los hombres puedan contribuir a promover la equidad de género y prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas. A medida que crece la base de evidencia sobre el tema, ahora es el momento de responder la pregunta: ¿Qué funciona para involucrar a los hombres en la promoción de la equidad de género?
Esta película, producida por Promundo, ilustra qué intervenciones han demostrado ser efectivas al involucrar a hombres y niños para promover la equidad de género y prevenir la violencia de género, desde el sector de la salud hasta el lugar de trabajo.
La evidencia:
Al involucrar a los hombres en iniciativas diseñadas apropiadamente –incluidas campañas comunitarias, sesiones de talleres sobre paternidad, consultas prenatales, educación sexual integral e inclusiva y asesoramiento– y al transformar las instituciones sociales y culturales que perpetúan normas de cuestiones de género nocivas, podemos cambiar las actitudes y comportamientos que refuerzan las desigualdades y conducen a la violencia de género.
¿Quieres saber más sobre el tema? Los siguientes recursos presentan evidencia sobre “lo que funciona” para involucrar efectivamente a los hombres en el avance de la lucha por la equidad de género y la prevención de la violencia de género.
Cuestionar las normas de género tradicionales: Los programas transformadores de género más eficaces incluyen debates críticos sobre las normas de género y las masculinidades con hombres y niños en las áreas de: salud sexual y reproductiva; Prevención, tratamiento, atención y apoyo del VIH; la violencia de género; la participación de los hombres en la salud materna, neonatal e infantil; y paternidad.
Poner fin al ciclo de violencia: Ser testigo o experimentar violencia en la infancia es uno de los mayores factores de riesgo para el uso de la violencia en el futuro en la vida adulta de los hombres. Los programas que presten atención a cómo los hombres y los niños experimentan la violencia cuando eran niños (en el hogar o en otros contextos) pueden ayudar a romper este ciclo. Existe una base de evidencia cada vez mayor de que las intervenciones diseñadas apropiadamente pueden conducir a cambios mensurables en las actitudes que apoyan la violencia y el uso de violencia autoinformado.
Combinación de múltiples enfoques: Los programas integrados que combinan la educación grupal con la extensión comunitaria, la movilización y las campañas en los medios de comunicación son más efectivos para cambiar comportamientos que utilizar únicamente la educación grupal.
Influencia política para la transformación: Las intervenciones programáticas deben realizarse junto con acciones de promoción destinadas a cambiar leyes y políticas; involucrar a quienes implementan leyes y políticas; y cambiar las normas, particularmente entre el personal de instituciones clave. Además, crear conciencia entre los hombres sobre la violencia que cometen debe ser parte de las estrategias nacionales para prevenir y poner fin a la violencia de género.
Asociaciones con partes interesadas e instituciones clave: Empoderar a los líderes comunitarios a través de capacitación sobre equidad de género y violencia contra las mujeres debería ser una característica esencial de los programas, particularmente como un medio para crear un estímulo positivo para el cambio dentro de las comunidades, así como a nivel local y nacional. . Trabajar para incorporar el cambio dentro de instituciones como escuelas y grupos religiosos, desde la fase de planificación del programa en adelante, es crucial para desarrollar mensajes eficaces e iniciativas sostenibles.
Redistribución de las tareas de cuidado mediante la promoción de cambios de políticas, incluida la licencia de paternidad: una redistribución radical de las tareas de cuidado es esencial para que las mujeres logren la igualdad política, social y económica con los hombres, ya que a menudo son ellas quienes cargan con la responsabilidad de cuidar. Los programas en paternidad, salud y otros sectores que involucran tanto a padres como a madres pueden ser efectivos para cambiar las normas tradicionales de género en torno a las tareas de cuidado. Un mayor esfuerzo para promover la licencia parental igualitaria, intransferible y remunerada, junto con políticas nacionales que alienten a los hombres a participar en la salud reproductiva, materna, neonatal e infantil, son clave para instigar y sostener este cambio.
Trabajar con hombres en colaboración con mujeres: Los roles de género suelen ser complementarios y son reforzados tanto por hombres como por mujeres. Programas en todo el mundo han descubierto que se puede motivar a hombres y mujeres para desafiar actitudes nocivas relacionadas con el género y reconstruir valores compartidos. Al sincronizar el trabajo con diversos grupos del mismo sexo, con hombres, mujeres, niños y niñas, los programas pueden actuar como catalizadores del cambio social.
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