Teresa Maneca Lima, investigadora de Promundo-Europa y Sofía José Santos, coordinadora de comunicación de Promundo-Europa
La paternidad se vive hoy, en todo el mundo, de forma diferente a como se vivía hace unas décadas. Hoy en día, muchos hombres, padres y cuidadores asumen y desean una nueva actitud, guiada por una mayor implicación en las cuestiones familiares y infantiles.
Si bien aún no hemos llegado a un escenario ideal de políticas y prácticas que promuevan una paternidad positiva e involucrada, podemos afirmar que el rol del padre y cuidador ya no se limita al rol de mero proveedor.
Como consecuencia de estos cambios, y buscando superar los modelos tradicionales de construcción social de la paternidad basados en la separación ideológica de las esferas pública y privada, surgió el concepto de paternidad o función parental, buscando caracterizar esta nueva actitud de corresponsabilidad. y compartir las tareas de cuidado. Ante los cambios en los ámbitos de las relaciones familiares, los patrones laborales, las configuraciones jurídicas y la creciente presencia de la mujer en el mercado laboral, los padres de hoy han ido asumiendo roles más destacados en la vida familiar, dividiendo las tareas de las amas de casa y participando activamente en los cuidados brindados a sus hijos. sus niños. Si bien estamos ante transformaciones no lineales y graduales, que a veces se consolidan más que deseables en el nivel de las representaciones y menos en el nivel de las prácticas, por diversas razones, podemos decir que se han dado algunos pasos para ir más allá de la noción de proporcionando paternidad, reduciendo los desequilibrios entre la vida profesional y la vida familiar.
En Europa, el aumento de las tasas de actividad y empleo de las mujeres y el creciente número de hombres que toman el permiso de paternidad no sólo constituyen claros ejemplos de roles y prácticas masculinas en la gestión de la vida doméstica, sino que también representan un camino hacia un reparto progresivo de las funciones de cuidado –y esto es una buena noticia. Si miramos el caso de las licencias de paternidad, vemos que en 2013 existían en 78 países (de 167 con datos disponibles), mientras que en 1994 existían sólo en 40 países (de 141 con datos disponibles), siendo obligatorias en En algunos, como Portugal, Italia y Chile, cada vez son más los hombres que aprovechan este tipo de permiso. A pesar de las diferencias observadas entre los distintos países, cabe destacar los datos referentes a Islandia y Suecia donde, en 2011, 89 y 77 hombres por cada 100 mujeres, respectivamente, disfrutaron del permiso de paternidad. Portugal, a pesar de presentar valores más bajos, muestra una evolución muy positiva. En 2009, 18 hombres por cada 100 mujeres tomaron la baja por paternidad, y en 2013 se registró una tasa de 38 hombres por cada 100 mujeres. Estos valores demuestran que al ser este un derecho del padre/cuidador, y una forma de vivir plenamente la vida familiar, las prácticas normativas pueden ser efectivas y esenciales para cambiar las prácticas sociales. Sin embargo, el escenario actual de crisis económica ha traído varios desafíos y parece estar comprometiendo estos avances.
Con consecuencias que van más allá de la economía real, la crisis económica y financiera ha contribuido a agravar el sentimiento de inseguridad sobre el futuro. La falta de puestos de trabajo disponibles, el aumento del desempleo, especialmente entre las mujeres, donde la tasa de desempleo alcanzó valores del 10,8% en la Unión Europea (28 países) en 2013 y del 16,4% en Portugal, las colocan en una posición más vulnerable a la creciente precarización de los mercados y su mayor exposición al riesgo de pobreza, al mismo tiempo que comprometen los avances logrados en materia de igualdad de género. Asimismo, la combinación de la postergación del proyecto de paternidad, la emigración de la población en edad productiva y reproductiva y la retracción del Estado Social, mediante la imposición de recortes en el gasto público, podría amenazar los proyectos de equidad de género y la inhibición del uso de derechos. Sin ignorar el aumento del número de hombres que aprovecharon el permiso de paternidad, se produjo una reducción de las condiciones de elegibilidad, especialmente en los países más afectados por la crisis económica, como Portugal.
Para seguir avanzando hacia una mayor igualdad en la vida familiar y profesional, y en el reconocimiento de las funciones de cuidado esenciales para el bienestar de los niños y de los propios cuidadores, necesariamente tendrá que haber una inversión de las políticas sociales y de empleo por parte de de los Estados que actualmente viven, de forma más acusada, la crisis económica que se produjo hace unos años. Por tanto, es urgente, en un contexto de crisis, prevenir retrocesos y retrocesos que tendrán un impacto a medio y largo plazo en estas sociedades.
¹Sobre las nuevas configuraciones y roles asignados y esperados a los hombres/padres, ver entre otros Balancho, Leonor Segurado (2012). Ser padre hoy. Lisboa: Editorial Presença2 Al respecto, consultar entre otros Doucet, Andrea (2006) ¿Los hombres son madres? Paternidad, cuidados y responsabilidad doméstica. Toronto: Prensa de la Universidad de Toronto; Coltrane, Scott (2004) “Paternidad: paradojas, contradicciones y dilemas”, Marilyn Coleman y Lawrence Ganong (eds.) Manual de familias contemporáneas: considerando el pasado, contemplando el futuro. Thousand Oaks: Publicaciones Sage, 224-243.3 http://epp.eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/eurostat/home/4 Addati, Laura et al., (2014) Maternidad y paternidad en el trabajo: leyes y prácticas en todo el mundo. Ginebra: Oficina Internacional del Trabajo.5 www.oecd.org/els/social/family/database6 http://www.cite.gov.pt/pt/acite/proteccao01.html7 http://www.pordata.pt/Europa