Nueva publicación de Promundo y UNFPA destaca la importancia de involucrar a los hombres jóvenes en la equidad de género y la salud sexual y reproductiva
Lograr la igualdad de género debe implicar, y ha implicado, esfuerzos para comprender las vulnerabilidades y los riesgos que las adolescentes y las mujeres jóvenes enfrentan todos los días. Pero ¿cuánto sabemos sobre las realidades de los adolescentes y los jóvenes? Promundo y UNFPA publicaron un nuevo informe en marzo llamado “Niños y hombres jóvenes: involucrarlos como partidarios en la lucha por la igualdad de género, la salud y la comprensión de sus vulnerabilidades”, que analiza más profundamente la vida cotidiana de los niños adolescentes y jóvenes. en todo el mundo y cómo pueden unirse al movimiento para promover la salud y la igualdad de género.
Al explorar la investigación global, el informe revela riesgos y realidades específicas para niños y jóvenes en relación con la salud en general, la salud sexual y reproductiva en particular, la sexualidad, la violencia en los medios, la explotación sexual y otras vulnerabilidades. Analiza las implicaciones de estos riesgos y realidades no sólo para los niños, sino también para las vidas de mujeres y niñas.
La adolescencia es un período clave en el que personas de todas las identidades de género forman actitudes, opiniones y creencias sobre sí mismas, su sexualidad y su lugar en el mundo. Es un período en el que las ideas sobre la igualdad pueden arraigarse. El informe destaca que un enfoque holístico para promover la igualdad de género y la salud sexual y reproductiva debe incluir a los niños y niñas adolescentes. Destaca la necesidad de involucrar a los niños y hombres jóvenes como aliados para lograr la igualdad de género y como partidarios del empoderamiento de las mujeres, así como la importancia de abordar las necesidades específicas de salud y desarrollo social de los propios niños.
Resultados clave:
Salud: las definiciones nocivas sobre masculinidad y virilidad aumentan la vulnerabilidad de los hombres jóvenes a la morbilidad y la mortalidad prematura. Los hombres jóvenes menores de 25 años tienen tres veces más probabilidades que las mujeres jóvenes de morir en un accidente de tráfico.
Sexualidad: muchos niños, en numerosos entornos, cuestionan los roles sexuales tradicionales e informan que anhelan una conexión y un contacto íntimo más allá de las conquistas sexuales que ya tienen. Esto puede tener beneficios a largo plazo, ya que los hombres con actitudes más equitativas en cuanto a género tienen más probabilidades de informar que están “satisfechos” o “muy satisfechos” con su relación sexual con su pareja.
Salud sexual y reproductiva: Las normas de género y los roles sexuales presionan a los hombres jóvenes a adoptar versiones poco saludables de la masculinidad. En muchos países, la mayoría de los adolescentes varones de entre 15 y 19 años han tenido conductas sexuales no matrimoniales de riesgo durante el último año.
Experiencias de violencia sexual: Las definiciones estereotipadas de masculinidad que dificultan la búsqueda de ayuda, así como los prejuicios relacionados con la homofobia, dificultan que los niños hablen sobre el abuso y la explotación sexual. Si bien las mujeres y las niñas sufren la mayor parte de la violencia sexual, la evidencia indica que uno de cada siete niños experimenta este tipo de violencia cuando era niño.
Educación: Los estudios han encontrado que los niños sienten que pedir ayuda y tener un buen desempeño en la escuela es “cosa de mujeres”; pueden sentirse presionadas a abandonar la escuela para obtener ingresos que permitan mantener a su familia, además de tener modelos masculinos a seguir en el aula. Los niños tienen más probabilidades de repetir la escuela primaria que las niñas en 90 de 113 países donde hay datos disponibles.
Salud mental: Los hombres a menudo no buscan ayuda en materia de salud mental y es menos probable que los sistemas de salud lleguen a ellos. La mala salud mental se encuentra entre las principales causas mundiales de enfermedad en adolescentes de 10 a 19 años.
Medios de comunicación: Los medios de comunicación (que incluyen programas de televisión, películas, música y anuncios) refuerzan las ideas sobre la hipermasculinidad en la que los hombres son recompensados por la agresión, la resistencia y la misoginia. En Estados Unidos, casi el 21% de los estudiantes de secundaria de entre 10 y 18 años informaron haber experimentado ciberacoso en su vida.
A partir de estos datos, el informe analiza formas concretas de trabajar con niños y hombres jóvenes en materia de servicios de salud sexual y reproductiva, educación sexual integral, paternidad y cuidado, y la eliminación de la violencia contra mujeres y niñas, así como cómo contribuye una perspectiva de masculinidad. para comprender la prevención de la violencia juvenil en general.
Algunas estrategias:
Hable sobre sexo: los programas que abordan el sexo o las relaciones de poder tienen cinco veces más probabilidades de lograr mejores resultados de salud sexual y reproductiva.
Redefinir las normas: Los espacios educativos para promover la salud sexual y prevenir la violencia en las escuelas o comunidades pueden considerarse estratégicos para redefinir las normas de género y desafiar otras desigualdades interseccionales, como las basadas en raza/etnia, clase social u orientación sexual.
Mejorar el acceso a los servicios: Involucrar a los niños en los servicios de salud sexual y reproductiva (por ejemplo, diagnóstico y tratamiento clínico, e información, educación y asesoramiento) como punto de entrada para desafiar las masculinidades dañinas.
Implementar metodologías de educación sexual: la educación sexual integral es un enfoque esencial para promover y reforzar la igualdad de género en la salud.
Aprovechar el poder de los medios: Los medios refuerzan ideas sobre la hipermasculinidad en las que los hombres son recompensados por la agresión, la resistencia y la misoginia, pero también pueden usarse para lograr cambios positivos.
Lea el reporte completo aqui .
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