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Entrevista con Aloys Mahwa


Aloys Mahwa es director del proyecto Living Peace en la República Democrática del Congo (RDC). Utilizando técnicas de terapia de grupo y talleres educativos, la iniciativa Living Peace aborda el trauma asociado con la experiencia del conflicto y promueve caminos equitativos y no violentos hacia la recuperación para individuos, familias y comunidades.


Aloys es responsable de adaptar Living Peace en Kivu del Norte y Sur, provincias occidentales de la República Democrática del Congo, coordinar sesiones de trabajo con los participantes, desarrollar el Instituto Living Peace, documentar y elaborar las lecciones aprendidas y las mejores prácticas del programa, y ​​supervisar las acciones de seguimiento y evaluación de la iniciativa. Aloys se unió a Promundo después de cinco años de experiencia trabajando en USAID en proyectos de financiamiento de salud en Ruanda.


[Esta es una traducción de la versión original en inglés de la entrevista]


1) ¿Qué factores o experiencias te hicieron interesarte en trabajar con hombres para promover la no violencia y la equidad de género? ¿Cómo se conecta este trabajo con tus experiencias de vida?


Desde muy joven, cuando estaba en la escuela secundaria en Bukavu [oeste de la República Democrática del Congo], aprendí a utilizar mi tiempo libre para ayudar a los demás. En la escuela secundaria, era bueno en matemáticas e inglés. Utilicé mis vacaciones, días festivos, fines de semana y tiempo libre para ayudar a mis hermanos y vecinos a hacer sus tareas de matemáticas e inglés.


Estas primeras experiencias educativas familiares moldearon mi actitud hacia los demás y reforzaron en mí una noción de no violencia, vulnerabilidad, fragilidad, solidaridad y responsabilidad que quienes disfrutan de algún privilegio deben tener hacia los más vulnerables.


Por ejemplo, en 1998, mientras era estudiante universitario, pasé dos meses de mis vacaciones apoyando a los ancianos en Bujumbura [Burundi]. Los ayudaba a lavar la ropa, hacer ejercicios físicos, leer y seguir las prescripciones de sus médicos.


En 2002, presté servicios de traducción para exiliados y refugiados en Londres, y desde 2001 hasta 2003, cuando estudiaba en París, dediqué mi tiempo libre los miércoles a enseñar trabajo social y ética a niños menores de 12 años. En 2009, participó activamente en el desarrollo de un programa para reducir la violencia doméstica contra los niños tras el genocidio en Ruanda. Nunca dejé de hacer este trabajo para personas vulnerables.


Las personas mayores, los niños y los exiliados son todos particularmente vulnerables a diferentes formas de violencia. Apoyarlos representa una contribución importante a la educación libre de violencia y la promoción de la diversidad cultural.


En 2010, estuve entre los 10 consultores que desarrollaron la política de género para la Universidad Nacional de Ruanda. Recuerdo un simple aporte y reflexión que llevé al equipo de infraestructura –aulas, dormitorios, oficinas, baños, cocinas– sobre la importancia de reducir no solo la desigualdad de género en la universidad sino también la violencia simbólica.


La mayor parte de la infraestructura de la universidad fue construida en la década de 1960 por hombres que nunca imaginaron que mujeres y niñas algún día asistirían a la universidad como estudiantes o profesoras. No sorprende encontrar clases diseñadas para dar cabida únicamente a estudiantes y profesores varones. Para abordar la equidad de género dentro de instituciones como las universidades, debemos comprender si la infraestructura está construida para promover la igualdad entre hombres y mujeres, especialmente si da la bienvenida a mujeres y niñas.


2) Se estima que Viviendo la Paz en la República Democrática del Congo llegó a unos 900 hombres en el primer año, junto con miles de esposas/parejas y miembros de la comunidad. ¿Cuáles son los impactos más importantes del programa en el primer año y en el largo plazo?


Promundo ha logrado reconocimiento global al involucrar a los hombres en diferentes aspectos de la igualdad de género. El proyecto Living Peace, que estamos implementando en la República Democrática del Congo, especialmente en Kivu del Norte y del Sur, busca involucrar a hombres y niños en la consolidación de la paz en el oeste de la República Democrática del Congo. Durante décadas, esta región del país ha experimentado guerras, desplazamientos de población y violencia, incluida la violencia sexual y de género.


No podemos restaurar la paz sin abordar la violencia sexual y de género que ha hecho que el oeste de la República Democrática del Congo sea conocido como la “capital de la violación”. Las autoridades locales comparten esta preocupación y muchas organizaciones de la sociedad civil esperan que la República Democrática del Congo se convierta en la “capital de la paz”.


El restablecimiento de la paz está incluido en la agenda de paz establecida por la MONUSCO [Organización de las Naciones Unidas para la Estabilización de la República Democrática del Congo]. La fase piloto de Living Peace se implementó el año pasado en Luvungi [Kivu del Sur] y Goma [Kivu del Norte].


Para estas comunidades, Viviendo la Paz contribuyó a restablecer la comunicación y el diálogo entre parejas, los hombres redujeron su uso de la violencia y el abuso de alcohol para resolver conflictos, aprendieron a controlar sus frustraciones y violencia y se favoreció la salud y la armonía en la familia.


El impacto más importante del proyecto es la reducción de la violencia sexual y cómo los hombres, en cambio, se dieron cuenta de que pueden contribuir a mantener la paz y prevenir la violencia sexual y de género, un cambio presente en varios informes de perpetradores de violencia. En el primer año, el proyecto pretendía llegar a 900 hombres, principalmente en la zona establecida por la MONUSCO, y transformarlos en embajadores de la paz. Por supuesto, este número aún es pequeño, pero debería aumentar paulatinamente a través de otras estrategias como la campaña que llegará a 12 mil personas en las comunidades.


3) ¿Cuáles son los mayores desafíos en la adaptación del programa Living Peace y cómo piensa superarlos?


El principal desafío sigue siendo la calidad insuficiente de los servicios de salud pública para abordar el trauma y la salud mental. La falta de profesionales de la salud mental ha dejado problemas de esta naturaleza sin resolver. En contextos donde la violencia sexual es consecuencia de un trauma, es importante aumentar el número y las calificaciones de los profesionales de la salud mental. La pobreza de la población es otro desafío, ya que estamos trabajando con la población más vulnerable afectada por el conflicto. Sin embargo, el enfoque y movilización comunitaria de la metodología Viviendo la Paz busca resolver uno a uno los temas de accesibilidad, sostenibilidad, solidaridad y pobreza. Estamos acercando los servicios a la población. Para ello, aunamos esfuerzos para incrementar el interés de la población vulnerable en buscar servicios de asistencia. El enfoque comunitario también valora la idea de solidaridad y responsabilidad que cada miembro de la comunidad debe tener hacia los demás. Cuando el apoyo a la salud mental es ineficaz, la comunidad juega un papel fundamental en el proceso de curación y reintegración de las sobrevivientes de violencia sexual.


4) Living Peace in DRC adoptará un enfoque holístico de trabajo en diferentes niveles de la comunidad y en asociación con varias instituciones, desde el sector de la salud y el ejército hasta otras ONG. Cómo el enfoque multinivel fortalece el programa (y otros, por ejemplo). ¿de esta?


En primer lugar, somos conscientes de que se necesita un enfoque complementario en este terreno. La mayoría de los actores locales están trabajando en el tema de la violencia de género para brindar apoyo a las mujeres y niñas que son víctimas de violencia. Con Living Peace queremos complementar esta acción brindando apoyo a hombres/niños que son sobrevivientes o perpetradores de violencia. Por eso estamos trabajando para transformar la policía y el ejército, con el objetivo de restablecer la confianza entre las fuerzas de seguridad y la sociedad civil. Estamos trabajando con hombres en comunidades para establecer la armonía en las familias afectadas por la violencia doméstica. Lo hacemos apoyando y fortaleciendo a las organizaciones de la sociedad civil congoleña: el Institut Supérieur du Lac para empoderar a otras organizaciones y apoyar a los servicios de seguridad; Benenfance para restablecer la paz en la zona prioritaria de la MONUSCO en Kitchanga, el Centro Massisi y Beni; Heal Africa para aumentar la calidad de los servicios de salud ofrecidos a los hombres sobrevivientes o perpetradores de violencia. Vivir la Paz es también un enfoque estratégico que busca construir la paz desde el nivel individual hasta el comunitario. Esto significa que no estamos imponiendo la paz desde arriba hacia abajo, sino que nos preocupa el papel de los individuos, las familias y las comunidades en el restablecimiento de la paz a nivel nacional, regional e internacional.


5) ¿Cómo actúan los hombres que participan en Viviendo la Paz como agentes de cambio dentro de las familias y comunidades?


Living Peace ayuda a los hombres a recuperarse del trauma. Este cambio tiene un tremendo impacto en las familias primero y en la comunidad segundo. Los hombres reducen el uso de la violencia contra sus parejas, los niños viven en familias armoniosas donde el diálogo y la comunicación son importantes para resolver los problemas. Los hombres que participaron en el último año de la fase piloto se convirtieron en embajadores de paz y mediadores de conflictos en la familia y la comunidad. Algunos de ellos vieron aumentar su capital social y continuar el proceso de vivir la paz creando grupos de Viviendo la Paz en sus comunidades.

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