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Crianza a prueba de crisis



Por Tatiana Moura (directora de Promundo – Brasil) y Sofia José Santos (Promundo – Europa)


Hoy se conmemora y pretende celebrar, en algunos países del mundo, el Día del Padre, fecha que, a pesar de ser institucionalizada en 1910, por Estados Unidos, hace sólo unos años significa la celebración de los cuidados y avances en el derecho al ejercicio de las paternidades. . De hecho, desde la institucionalización de la celebración, los roles desempeñados por los padres y las expectativas sobre ellos han sufrido varios cambios.


Si en los años 1970, en EE.UU., los padres dedicaban apenas 15 minutos de su día al cuidado de sus hijos e hijas, a partir del año 2000 los padres comenzaron a dedicar cerca de dos horas de su día a estas mismas tareas. Hablamos por tanto de un aumento del 400% en tan solo una generación. En los países europeos, también hubo aumentos en el tiempo dedicado por los hombres a las tareas domésticas y de cuidados. Sin embargo, este camino recorrido dista mucho de ser satisfactorio. Incluso en los países más avanzados en términos de igualdad entre hombres y mujeres, ningún país ha logrado una división equitativa de la atención.


Actualmente, el 40% de la fuerza laboral en el mundo es femenina; sin embargo, los hombres aún están lejos de realizar la misma proporción de tareas de cuidado. Aproximadamente cuatro de cada cinco hombres serán padres en algún momento de sus vidas y todos los hombres tienen de alguna manera una relación con los hijos como padrastros, hermanos, tíos, abuelos, profesores, entrenadores, mentores o simplemente como amigos. En general, varios estudios confirman que una paternidad comprometida, disponible y sensible, así como la participación activa de los hombres en la vida de los niños, tienen efectos positivos en la vida de estos niños, de las mujeres y de los propios hombres. Por tanto, potencia la prevención de la violencia, la igualdad entre sexos y la reducción de las desigualdades económicas entre hombres y mujeres.


Según un estudio realizado por el Instituto Promundo y el Fatherhood Institute¹, la licencia de paternidad es uno de los instrumentos más eficaces para influir directamente en el comportamiento de los padres, creando las condiciones necesarias para una paternidad comprometida y el reconocimiento público de la importancia de una paternidad dedicada. cariño y cuidado. Varios países europeos, junto con Canadá, se arriesgaban a realizar cambios regulatorios positivos en relación con la licencia de paternidad, tanto en términos de la tasa de reemplazo salarial como del tiempo de licencia permitido. Se están intentando avances en este campo en todo el mundo.


Sin embargo, en medio de un período de crisis económica y financiera que afecta a parte de Europa, con posteriores políticas de austeridad gubernamentales (que incluyen recortes del gasto público, aumento de impuestos, reducción de la protección laboral y el retroceso del Estado de bienestar), y con el aumento En el estrés financiero en el que se ven inmersas las familias a diario, nos encontramos ante la inminencia de un claro retroceso en el reconocimiento y protección de estos derechos. En tiempos de crisis financiera, evitar una crisis de afecto y cuidado es uno de los mayores desafíos que enfrentamos.


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