Materiales educativos
Cuaderno de proyección de futuros
Luciano Ramos, Luiza Tanuri, Priscila Pereira, Promundo
“Planeo mi futuro ahora. No esperaré simplemente hasta mañana. Ahora es ahora”,
(Estudiante del CE María de Nazaret y participante del proyecto)
En Brasil, 11 millones de jóvenes, casi una cuarta parte de la población entre 15 y 29 años, no estudian ni trabajan. Este fenómeno de jóvenes fuera del mercado laboral y fuera de la escuela, también conocido como juventud “ni ni”, es un fenómeno que tiene graves consecuencias tanto desde la perspectiva del desarrollo económico como del empeoramiento de las desigualdades económicas y de género.
El término “ni-ni” es un término limitante y peyorativo, que sugiere culpar a los jóvenes que están fuera de la escuela y del mercado laboral. Nuestras aspiraciones y sueños muchas veces están condicionados por nuestra clase social, nuestra identidad de género y la región del mundo en la que nacimos y, por ello, es de fundamental importancia conocer la realidad que viven estos jóvenes.
En América Latina y el Caribe, el 66% de los jóvenes desvinculados son mujeres, la gran mayoría de las cuales son madres y se encuentran en situación de pobreza. La región también tiene las tasas más altas de embarazo adolescente del mundo y Brasil ocupa el cuarto lugar en el ranking de países con mayor número de matrimonios infantiles. Las rígidas normas de género producidas por nuestra sociedad impiden que las mujeres jóvenes aspiren a pensar en una carrera profesional más allá de ser amas de casa o madres.
En 2018, el Banco Mundial publicó un estudio “Si ya es difícil, imagínese para mí… – Una perspectiva cualitativa sobre los jóvenes fuera de la escuela” (Machado y Muller 2018) que explora los desafíos, las causas y las consecuencias de que los jóvenes se queden sin trabajo. y estudiar. El estudio, realizado en zonas rurales y urbanas del estado de Pernambuco, ofrece un retrato de estos jóvenes y señala las principales barreras que los llevan a no estudiar ni trabajar.
Según el estudio, la primera barrera que enfrentan estos jóvenes está relacionada con la construcción de aspiraciones y motivación interna para regresar a la escuela o al trabajo. Esta categoría incluye principalmente a mujeres jóvenes casadas con hijos que, condicionadas por normas de género opresivas, no pueden ver un futuro más allá de su papel de cuidadoras y esposas.
La segunda barrera identificada por el estudio es la barrera a la acción: incluso expresando motivación para regresar a la escuela o al trabajo, no pueden superar los obstáculos. Muchas veces son jóvenes que no tienen a ninguna persona en su vida como referente para soñar con una carrera profesional ni la presencia de mentores que puedan ayudarles a establecer el sentido de pertenencia y la autoeficacia necesaria para superar momentos difíciles, especialmente en el caso de las mujeres jóvenes. La falta de información de calidad sobre el acceso a oportunidades es otra barrera identificada en esta segunda dimensión, así como la falta de herramientas concretas para implementar opciones, especialmente entre las mujeres jóvenes.
Finalmente, el estudio plantea una tercera categoría de jóvenes que, por mucho que intenten volver al trabajo o a la escuela, y lo intentan continuamente, se enfrentan a barreras externas que no pueden superar, como la falta de transporte público para llegar a la escuela. , falta de oportunidades de empleo en la ciudad donde viven, discriminación en el mercado laboral para mujeres jóvenes y madres, entre otros obstáculos.
A partir de la investigación antes mencionada, el Banco Mundial Brasil y el Instituto Promundo desarrollaron el proyecto “Proyectando Futuros: de la información a la acción” para implementar las recomendaciones del estudio a través de actividades de intervención en escuelas secundarias. En el primer semestre de 2019, el equipo de expertos de Promundo mantuvo reuniones con educadores del Complexo da Maré con el objetivo de identificar y probar estrategias para abordar las barreras internas y de acción identificadas por la investigación, con el objetivo de incentivar a las personas a permanecer en la escuela. y la búsqueda de un futuro laboral y/o académico. Estas experiencias culminaron en la creación de un libro de herramientas compuesto por actividades educativas y con el objetivo de brindar herramientas para que la comunidad escolar actúe en la superación de barreras internas y de acción, buscando que los jóvenes involucrados sigan interesados en la vida estudiantil, aprendiendo a acceder al mundo laboral y/o educativo con mejores condiciones y cualificaciones.
A partir del desarrollo del cuaderno y con el apoyo de la SEEDUC-RJ, el período piloto del proyecto comenzó en septiembre de 2019. Se seleccionaron dos escuelas públicas para la prueba: Colégio Estadual Jornalista Tim Lopes y Colégio Estadual Prof. María de Nazaret Cavalcanti Silva. Quince educadores fueron los pioneros en participar en el proyecto y diez facilitadores apoyaron esta implementación.
La fase piloto del proyecto finalizó a finales del año escolar 2019 y arrojó resultados positivos e informes convincentes de los educadores, estudiantes y directores escolares participantes. Los educadores y directivos reportaron una disminución del ausentismo en las clases que participan en el proyecto y un sentimiento de pertenencia entre los estudiantes a la comunidad escolar. Una educadora informó que con la implementación del proyecto “ las relaciones mejoraron, los estudiantes mejoraron en sus exámenes y aumentó su interés por estudiar”.
Durante el transcurso del proyecto, fue posible verificar cambios en el comportamiento de los estudiantes con respecto a sus actitudes de género: fue posible percibir una clarificación colectiva sobre la diferencia entre estándares normativos de género y la existencia del no binarismo.
En cuanto a las actitudes hacia la escuela, también se constató una evolución en la unión entre los profesores y sus clases, así como una mayor unidad entre los compañeros entre sí, además de una multiplicación de los aprendizajes por otras clases de la escuela. Los estudiantes se sintieron escuchados. En declaraciones recogidas, un estudiante afirmó que “El proyecto es como un psicólogo. Él escucha, te da consejos”.
Entre los jóvenes aumentaron las preguntas cada vez más intensas sobre el mercado laboral y la forma de obtener asesoramiento, delineando nuevas estrategias para el futuro. La declaración de un estudiante recogida después del proyecto lo demuestra: “Bueno, fue una experiencia muy buena porque a veces nuestra mente se cierra. De vez en cuando nuestra mente se cierra y terminamos olvidando nuestro propósito en la escuela. Pero cuando empezó el proyecto, me recordó el sueño que siempre quise, ¿sabes? Para seguir, para seguir estudiando. Y este proyecto me ayudó mucho para poder recordar y no olvidar que tengo un enfoque, que tengo un propósito para llegar lejos, ¿entiendes?”
Había muchas dudas sobre la elección de carrera. En las conversaciones del proyecto se discutieron muchas inseguridades; con el tiempo, los jóvenes se sintieron cómodos hablando de sus proyecciones laborales. Hubo muchas preguntas prácticas sobre el mundo del trabajo y se compartió mucha información.
El proyecto era importante para alentar a las escuelas a continuar y buscar nuevas actividades que pudieran reflejar los problemas propuestos por la acción. Incluso en el corto tiempo de ejecución en ambas escuelas, los temas y estímulos tocaron subjetividades sensibles de las complejas realidades de los estudiantes: sus deseos y sueños individuales (y colectivos).
La trayectoria de un joven que logra superar las diversas barreras impuestas para construir un futuro profesional suele estar guiada por la figura de educadores y directores escolares que creyeron en ellos. “Proyectar futuros: de la información a la acción” nos enseña que a través de la implementación de una metodología que aborde debates transformadores sobre género, raza, identidad y desigualdad, que estimule el pensamiento crítico y prepare a los jóvenes para pensar en posibilidades de un futuro profesional, es esencial derribar las barreras que hacen imposible que los jóvenes, especialmente las mujeres jóvenes, se comprendan a sí mismos como agentes de acción en sus propias vidas.
Luisa Tanuri
Coordinador de Campo del Proyecto Proyectando Futuros